Posiblemente Axel Kicillof no haya imaginado que en una barriada a tan solo 15 cuadras de la Casa de Gobierno bonaerense estallaría un brote de Coronavirus.
Hay alarma entre funcionarios porque el plan de cuarenta barrial no habría funcionado.
En tanto los platenses empiezan a preocuparse. Se están desayunando que el barrio conocido como «de los peruanos» es en realidad el ahora mediático barrio José Luis Cabezas, ubicado en el límite con la capital bonaerense, a pesar de ocupar terrenos del viejo ferrocarril provincial en los distritos de Berisso y Ensenada.
En todo este engrudo sanitario llama la atención la ausencia del intendente platense Julio Garro. ¿Acaso no lo invitaron o lo invitaron y no aportó por la cantidad de funcionarios oficialistas?
Todo indica que el trabajo en equipo entre el presidente Fernández, Larreta y Kicillof no se repite en las latitudes de la ciudad fundada como símbolo de la unión nacional.
Mientras, el temor dentro del barrio Cabezas y otros barrios aledaños empieza a invadir los sentimientos de la gente. Y si no se hace lo correcto, con protagonismo del gobierno provincial y los tres distritos involucrados, el problema podría escapárseles de la mano.
Se espera que Garro tome la iniciativa de prestar el predio municipal del bosque ubicado a tan solo 100 metros del barrio para que se instalen puestos sanitarios. Pero por ahora sólo es espera.
En tanto Kicillof será testigo obligado de lo que ocurra en el barrio. Es que el camino al helipuerto de la gobernación cruza casi en medio del barrio.
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