Acompaña a Luis Tarullo:
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La CGT mantuvo una reunión que inicialmente se había anunciado como de «Mesa Chica», o sea de los que cortan el bacalao, como dice la expresión popular. Pero finalmente hubo que utilizar una mesa más grande y agregar sillas porque aparecieron unos invitados especiales.
En el encuentro se pasó revista a todos los temas que atañen al mundo laboral, la mayoría de ellos con inminente nuevas definiciones. Una de las cuestiones que se encaramó en la cima de la agenda fue la reforma al esquema de Impuesto a las Ganancias impulsado por Sergio Massa, el jefe de la Cámara de Diputados, para que, según las estimaciones, alrededor de 1,3 millón de asalariados dejen de pagar ese temible y voraz tributo.
El anuncio público y el próximo tratamiento de la iniciativa ya estaban en la carpeta, pero los gremialistas repasaron sus peticiones adicionales acerca de la excepción del impuesto.
Los dirigentes le pidieron a Massa que se agreguen las horas extras, los viáticos y el aguinaldo, así como algunos plus, como el patagónico. Ocurre que hay actividades en las que, si no se exceptúa a esos ítems, volverían a sobrepasar los límites de ingresos y entonces Ganancias volvería a hacer estragos. Y máxime si se suman los aumentos salariales que están pactando con la paciencia de un caracol los diversos sindicatos.
También se mencionó en la reunión un tema que lógicamente iba a estar sobre la mesa ampliada: la salida abrupta del Gobierno del ministro de Salud, Ginés González García, a raíz del affaire de la vacunación con privilegios.
G.G.G. siempre fue un interlocutor directo de los dirigentes gremiales, quienes ahora deben aceitar el contacto con la nueva ministra, Carla Vizzotti. Por eso también buscarán intensificar los contactos directos con el presidente Alberto Fernández y los operadores de líneas intermedia, además de prestar atención al equilibrio con el kirchnerismo más duro.
La reunión de la CGT fue encabezada por los cosecretarios generales, Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio), y participaron Gerardo Martínez (UOCRA), Armando Cavalieri (Comercio), Antonio Caló (UOM), Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Julio Piumato (Judiciales), Omar Maturano (La Fraternidad), Rodolfo Daer (Alimentación), Víctor Santa María (Encargados), Jorge Sola (Seguros) y Sergio Romero (UDA).Y el grupo invitado estuvo compuesto por dirigentes que hoy no forman parte del consejo directivo cegetista: Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Pablo Biró (Pilotos Aeronáuticos), Norberto Di Próspero (Legislativos), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), Mario Calegari (UTA), José Ibarra (Taxistas), Miguel Paniagua (Espectáculos), así como dirigentes de Farmacia y UATRE, entre otros. La profusión de dirigentes tiene una lectura directa e indubitable: la idea de restablecer la unidad sindical. Claro que siguen afuera poderosos con juego propio, como los Camioneros de los Moyano.
La realización de la reunión a plena luz y con dirigentes haciendo declaraciones (aunque sea de ocasión) es todo un mensaje a varias bandas, como el billar. Los sindicalistas están en armonía (por ahora, siempre hay que decir por ahora) con el Gobierno porque deben satisfacer intereses mutuos. Pero la experiencia -con muchos de ellos con varias décadas al frente de sus organizaciones- les señala que siempre está presente el sabio consejo de Martín Fierro. Y si bien muchas veces en la historia no se comportan como hermanos y desprecian la unidad cuando tallan los intereses sectoriales y hasta personales, olfatean cuando deben juntarse nuevamente, aunque sea por un rato, para que no los devoren los otros.
crédito portada diario el día de la plata
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