La Iglesia boliviana, también en alerta por la Amazonia-Por Luis Tarullo.

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Municipio Pilar

Los severos problemas que atraviesa el medio ambiente en todo el mundo, muchos de ellos provocados por el hombre, concitan a diario la atención de los más diversos sectores sociales, que elevan sus voces de alerta.

El propio papa Francisco ha puesto sobre sus hombros esta cuestión y la muestra más cabal fue la encíclica Laudato Si, de 2015, en la que expone crudamente la situación crítica del planeta y las graves consecuencias si no hay un cambio de actitud de parte de toda la población.

Recientemente fue el turno de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), que en el contexto de CXII Asamblea Plenaria en Cochabamba se reunió con el Parlamento de Naciones y Pueblos Indígenas de la Amazonía, Oriente y Chaco Boliviano.

Allí los obispos bolivianos, que habitualmente no tienen la prensa de la que gozan prelados de otras latitudes, escucharon los problemas de los habitantes de las zonas selváticas, muchos de ellos vinculados con las actividades extractivistas.

Los curas resolvieron tomar la sartén por el mango y actuar como virtuales mediadores, llevando estas preocupaciones a las autoridades para que atiendan a esas comunidades.

Giovani Arana, el secretario general de la CEB, dijo que “hemos escuchado el maltrato a su dignidad indígena por haber defendido a sus hermanos y a su territorio, los constantes avasallamientos culturales y territoriales, la deforestación de sus bosques, la contaminación de sus aguas, ocasionando un impacto medioambiental sin precedentes y de grandes consecuencias”.

También destacó que los indígenas comparten su riqueza natural con la humanidad y, en consecuencia,  el cuidado de la Amazonía debería ser un compromiso de todos.

Hasta apeló a las cuestiones institucionales que protegen a todos los ciudadanos del país. En ese punto sostuvo que la Constitución Política del Estado “respalda la defensa de los derechos de los pueblos indígenas a tener un medioambiente libre y propicio para el desarrollo de sus culturas”, indicó la agencia AICA.

Un comunicado de la cúpula de la Iglesia católica boliviana tras ese encuentro señaló: “Sembremos solidaridad, diálogo y respeto, sembremos cercanía respetuosa entre todos los bolivianos. Pedimos que las autoridades llamadas por ley escuchen su clamor, cuiden y protejan a estos hermanos nuestros que habitan la Amazonía y el Chaco”.

Como es habitual, el prelado apeló a la intercesión de Dios y pidió su bendición para que ayude a las autoridades y a la sociedad “a escuchar el dolor de los indígenas, para respetar con honestidad su ecosistema, que está alejado de la forma de vida urbana”.

En tanto, el presidente de la CEB, monseñor Aurelio Pesoa, manifestó su preocupación por los alarmantes índices de violencia, la falta de respeto a los derechos humanos y a la libertad, en la misa de apertura de la Asamblea Plenaria, en Urkupiña.

La Amazonía boliviana ocupa el 43% del territorio boliviano y abarca los departamentos de Pando, Beni, Cochabamba, Santa Cruz y La Paz, que contienen a casi 90 municipios. Su población es de alrededor de 1.300.000 habitantes, conformada por indígenas (cerca de 30 pueblos), campesinos y afrodescendientes, entre otros.

Muchos viven de la caza, la pesca, la recolección y los pequeños cultivos. Producen plátanos, yuca, hortalizas, arroz y maíz, básicamente para la subsistencia familiar. Hay vías de comunicación que solo pueden utilizarse en época seca y las más seguras suelen ser algunos ríos.

La Amazonía boliviana, como lo han denunciado, es víctima de disputas por bienes y recursos. La explotación descontrolada de los recursos naturales para obtener materia prima es uno de los principales flagelos. Allí se combinan la tala de árboles, la quema de cultivos, la ampliación de la frontera agrícola y proyectos de infraestructura en desmedro del medio ambiente.

Indudablemente, de no haber cambios drásticos a mediano y corto plazo en la conducta de los habitantes de este planeta, quedará demostrado una vez más aquello que dijo Plauto en su obra Asinaria: homo homini lupus. El hombre es lobo del hombre.

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Autor entrada: Consumer

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