56° Coloquio IDEA-Síntesis ejecutiva-Miércoles 14 de octubre de 2020-«Qué país queremos ser»-

Palabras de apertura

– Roberto Alexander

  • La pandemia funcionó como un catalizador del cambio. Así como hay materiales que necesitan de un agente externo para cambiar, en nuestra sociedad la pandemia generó cambios impensados que no volverán atrás.
  • ¡Qué más necesitamos que suceda para que nos movilice a construir realmente el país que queremos! El Coloquio no es vinculante, pero no hay nada más poderoso que cuando a las ideas les llega el cambio,
  • Cuando dejemos atrás el año 2020 veremos el cambio. En muchas actividades, en médicos, educadores, empresarios pymes y también en nuestras empresas.
  • Queremos un país con empresas que innoven, que creen riqueza de manera sustentable, que den trabajo y nutran socialmente. Queremos compartir nuestra visión y, por supuesto, compartirla con otros.
  • Yo sé qué hay una desconfianza hacia los empresarios. Pero les puedo asegurar que somos muchos, una mayoría, los que ponemos toda nuestra energía y vocación para que nuestro país crezca.
  • La dura realidad que nos toca atravesar requiere que todos cedamos un poco en nuestros intereses para validar todos los días los espacios institucionales que permitan gestionarlo.
  • Esta es la forma de alcanzar una mayor equidad en el desarrollo y una economía con más posibilidades de crecimiento.
  • El país que queremos tiene que leer de forma más aguda el escenario internacional y encontrar nuevas respuestas. También requiere la madurez de encontrar la forma de trabajar de manera entre el Estado, el sector privado, los sindicatos y el tercer sector para desarrollar una nueva economía.
  • Pero esto no es posible cuando casi la mitad de la población está en la pobreza. A comienzos de la pandemia surgió la iniciativa “Seamos Uno” donde nos reunimos todos con entidades religiosas y los gobiernos del AMBA para acompañar con alimentos a un millón de familias en este momento tan difícil.
  • Esto demostró que ante la adversidad no sólo hay que reaccionar, sino hacerlo de manera transparente, eficiente, coordinada y con sensibilidad. Justamente el país que queremos ser es una Argentina donde todos seamos uno.
  • No sólo para resolver cuestiones coyunturales sino estructurales. De todos estos temas vamos a debatir y trabajar en estos tres días de Coloquio.
  • Esta es la primera vez que el Coloquio de IDEA hace una transformación tan grande debido a la pandemia. Esto nos demuestra que la adversidad encierra, si se quiere, una oportunidad. Este Coloquio va a ser plural, federal, único y va a tener mayor participación que nunca.
  • Soy un optimista de largo plazo, pero a la vez realista. Todos sabemos que se puede estar incluso peor. Por eso es momento de quebrar esa inercia y cambiar la mirada sectorial para tener un proyecto común.
  • Queremos un país que reciba y dé oportunidades como las que recibieron nuestros padres.
  • Quiero como padre que mis hijos y nietos sientan nuevamente que tenemos un proyecto y que este es el lugar donde quieran desarrollarse. Y que, si un joven se va al exterior, sea por una experiencia y para volver; no porque no confía en nuestras capacidades.
  • No quiero una Argentina cancelada. El país que queremos ser debe tener instituciones, una Justicia eficiente e independiente, competitividad, integración social, una mejora educativa realmente federal.
  • No son temas fáciles, pero estoy seguro que estos desafíos nos van a servir para aportar al desarrollo nacional, como lo hace IDEA desde hace 60 años.
  • Lo que buscamos es debatir y sumar. Este es el espacio y el momento.

Qué país queremos ser: palabras del presidente de la Nación

– Alberto Fernández, presidente de la Nación argentina.

  • Yo creo que este es un Coloquio diferente por el tiempo que nos toca vivir. La Argentina y el mundo están viviendo un tiempo único, que está asolado por la pandemia y ha provocado un colapso económico del que nadie pudo salir indemne. Este estado de cosas nos obliga a repensar, en el mundo y en nuestro país también.
  • Esta crisis tan profunda nos da la oportunidad de que todos seamos más solidarios, porque nadie ha quedado a salvo.
  • La característica del posmodernismo ha sido el individualismo y a desentenderse del otro. El exitoso ha sido el que acumula fortunas. Y esto ha construido un sistema donde muy pocos concentran la riqueza y millones distribuyen la pobreza.
  • La Argentina era un país en terapia intensiva cuando apareció el virus. Lo único que se hizo con la deuda fue permitir que se fueran esos dólares. Entre las PASO y las elecciones se habían fugado 23.000 millones de dólares.
  • A partir del primer caso del Covid todos nuestros objetivos cambiaron y la primera urgencia fue reconstruir un sistema de salud que había quedado desmantelado.
  • Tan ausente estaba el Estado, que el Ministerio de Salud dejaba vencer en la Aduana miles de dosis de vacunas. En la provincia de Buenos Aires teníamos un gobierno que hacía gala de no querer abrir hospitales ya construidos.
  • Trabajamos mucho para multiplicar más de dos veces la capacidad de terapia intensiva, construimos hospitales modulares y tuvimos que ocuparnos hasta de conseguir barbijos y equipos de seguridad para nuestros médicos.
  • Con una pobreza que alcazaba al 36% de los argentinos, fuimos a la ayuda de ellos con el IFE. Había 9 millones de argentinos que ni se se sabía que existían.
  • Todos cooperamos. Todos repetimos esa frase del Papa Francisco, que dice que nadie se salva solo.
  • La verdad es que pude ver muchas empresas, pequeñas y grandes, que se reinventaron para producir desde alcohol en gel hasta máscaras y barbijos. Muchos empresarios además se dieron cuenta de las urgencias que había en la Argentina. Fue muy útil el aporte que hicieron los empresarios.
  • A este gobierno le importan los empresarios. Por eso llevamos el programa ATP a 236.000 empresas y garantizamos el trabajo de 2,3 millones de argentinos. Gracias a todo el esfuierzo que hicimos, el empleo registrado cayó casi lo mismo que cayó en Europa en todo este período.
  • Yo pienso que se viene un tiempo que nos exige pensar el desarrollo de otro modo. Es una gran oportunidad, como decía Roberto (Alexander).
  • Yo digo siempre que el capitalismo es un sistema económico que puede garantizar el desarrollo social, siempre que no abandone su componente solidario
  • Y esto empezó a deteriorarse cuando en las empresas el gerente financiero pasó a ser más importante que el gerente de producción.
  • Necesitamos un capitalismo donde los mercados funcionen como corresponde. Si no, un capitalismo sin mercado es una trampa. Un capitalismo sin Estado es una selva, donde gana el más poderoso. Y un Estado sin capitalismo conduce al autoritarismo.
  • Hoy tenemos un problema de falta de divisas, donde se dicen cosas que no son ciertas como la pérdida de reservas y de depósitos. Lo que necesitamos es que el Estado y las empresas trabajen juntos para desarrollar a la Argentina.
  • Un desarrollo donde el ingreso se concentra en unos pocos no nos sirve. La Argentina ofrece oportunidades en muchos sectores, que pueden involucrarse en un desarrollo inclusivo.
  • Nos preocupa también que la Argentina tenga una calidad institucional que ha perdido. No lo estamos haciendo en favor de la impunidad de nadie. ¿Qué pensarían ustedes si yo cubriera las vacantes en la Justicia cambiando jueces de un tribunal a otro? Eso está mal y se hizo con la complicidad de otros.
  • Yo no creo en eso. Creo que la seguridad jurídica que ustedes reclaman requiere jueces dignos y probos, designados por concurso.
  • Soy alguien que realmente cree en la democracia y en el sistema republicano. Lo único imperdonable es seguir haciendo las cosas mal. Y, peor aún, que la Justicia legitime las peores prácticas.
  • Debemos recuperar la convivencia democrática. El peor flagelo es descalificar al otro. Esto nos ha llevado a una Argentina dividida, que sólo trae problemas. En realidad, lo que hemos visto en estos días, con protestas en domicilios particulares y hasta en la residencia de Olivos, es el país que no funciona más.
  • Este país que divide y descalifica pone en una vereda a los trabajadores y en otra a los empresarios. Ninguno de los dos debe ser descalificado. Recuperar nuestra convivencia y la institucionalidad son centrales para una Argentina democrática.
  • Prefiero pensar en el futuro y que todos entendamos que estos modos del pasado son una lucha que nos desalienta y nos deja parados en el mismo lugar. Yo voy a dejar todo de mí y trabajar codo a codo con quienes quieran participar del trabajo conjunto, sin descalificaciones.
  • En el futuro tenemos siempre la alternativa del desarrollo agroexportador, de agregarle a valor a los granos ara producir proteínas animales y ganado para exportar al mundo. Discutámoslo juntos.
  • En los próximos días en Vaca Muerta estaremos anunciando el Plan Gas. Allí tenemos un potencial enorme para abastecer al mercado externo y exportar excedentes. Tenemos la posibilidad de desarrollar la minería sin riesgo ambiental.
  • Y tenemos también la posibilidad de desarrollar energías renovables, con proyectos que ya se hicieron realidad en La Rioja, San Juan para mejorar el medio ambiente.
  • Ayer mismo anunciamos en Dock Sud una inversión de 750 millones de dólares en la destilería Raizen, para producir combustible menos contaminante. También reducirá la importación de eurodiesel para autoabastecernos y exportar a países vecinos junto con otra inversión realizada por Pan American Energy.
  • También vamos a impulsar la construcción y la obra pública en 2021. Nosotros queremos dar alternativas para invertir en algo que no sea el dólar. Vamos a convertir a la construcción de viviendas en una gran oportunidad de inversión.
  • Yo vislumbro un 2021 con muchísimas oportunidades. Queremos ordenar una economía que se ha desordenado.
  • Cuando convertimos en servicios públicos a la telefonía, la televisión por cable y el acceso a internet, lo hicimos porque la realidad lo exigía por su alta penetración en los hogares. ¿A ustedes les parece que eso no es un servicio público?
  • Lo hicimos para garantizar un piso de servicios, pero también para fomentar una competencia que se ha perdido. Este es un sector en permanente cambio y lo único que queremos hacer es que llegue un servicio mínimo a precios accesibles y que, de ahí en más, haya gran competencia.
  • Yo quiero un capitalismo donde exista la competencia. Con estas ideas vamos a poder pensar en otra Argentina.
  • Cuando yo hablo de una Argentina que se dice federal y no lo es, o de la opulencia de la CABA y mucha gente se enoja, describo algo que viene ocurriendo desde hace décadas o tal vez más de un siglo.  
  • Lo que necesitamos es cambiar esa estructura de país y la concentración en el AMBA donde habita el 45% de la población argentina.
  • Queremos rediseñar el centralismo portuario. Por eso le prestamos atención a la Hidrovía. También la salida al Pacífico por los pasos fronterizos.
  • Lo único bueno ante tanta tragedia es que tocamos el fondo del pozo. Como dice Mario Benedetti, de ahí en adelante solo nos queda mejorar.
  • Pongámosle al capitalismo la cuota de solidaridad que necesita. Y el Estado las reglas para realizarla, como ocurrió con la ley de Economía del Conocimiento. Piensen en el esfuerzo que hemos hecho para preservar la paz social en medio de la pandemia.
  • Cuando les digan que la Argentina es un país sin destino, piensen en nuestros científicos y técnicos, capaces de desarrollar satélites. Somos un país con enormes oportunidades y, sobre todo, un pueblo maravilloso capaz de levantarse una y otra vez de todas las crisis que le causaron los gobiernos.
  • En la Argentina que yo sueño no sobra ningún argentino. Todos hacen falta.

Un país en el que todos Seamos Uno

  • Gastón Remy
  • Yo me sentía interpelado por Rodrigo allá por 2016, cuando nos decía que la Argentina no iba a poder desarrolarse con 30% de pobreza estructural.
  • Antes de la cuarentena, ya nos habíamos puesto en marcha en IDEA para ayudar en una construcción de gran confianza. De ahí surgió Seamos Uno, que busca unir dos mundos, a dos Argentinas que no se miran ni se hablan, para abocarnos a un proyecto común.
  • Seamos Uno es un nombre muy fuerte, que expresa un objetivo claro: llegar a entregar un millón de cajas de alimentos a las familias que los necesitaban, con todo lo que eso significa en materia de donaciones, logística, tiempo y energía de muchos voluntarios.
  • Creo que lo que caracterizó a Seamos Uno no es el qué sino el para qué. También su escala, con tecnología y transparencia, con auditoría externa, una página web para recibir donaciones sin perder tiempo. Cada caja tuvo su control.
  • Si pusiéramos todos los platos juntos uno a uno, son más de tres viajes de punta a punta en la Argentina. Un compromiso enorme del sector privado, con 5000 voluntarios que se sumaron a este proyecto.
  • Con la contribución de Cedol a la logística, todo se hizo sin pagar un solo peso. Todo lo que se recaudó fue a parar a comida.
  • Esto demuestra que se puede hacer algo eficiente, con transparencia y solidaridad social, sin punteros políticos de por medio.
  • Si algo distingue a Seamos Uno es el sentido de trascendencia detrás de un objetivo.
  • Nosotros logramos que la última milla se convirtiera en la primera. Da bronca que tengamos esta situación a diez cuadras del Obelisco y en buena parte del país.
  •  Al fin de cuentas nuestro rol de liderazgo índica que el primer objetivo debe ser luchas contra la pobreza en la Argentina.
  • En la Argentina debemos dejar de lado las diferencias y de todo lo que hablamos aquí de reglas, instituciones, etc. es para tener una Argentina más justa, con menos ideología y más valores.
  • Rodrigo Zarazaga
  • Desde marzo, los que tenemos un pie en el conurbano sabíamos que la pobreza nos iba a pegar mal con la pandemia. Sobre todo a los que complementan la ayuda estatal con sus propios trabajos y changas.
  • De ahí surgió la iniciativa del staff de IDEA para trabajar en Seamos Uno y el comprom
  • Fue un proyecto que nace desde la idea que no pueda haber chicos con hambre en el país.
  • El millón de cajas equivale a 60 millones de raciones. Parecía un delirio, pero alcanzar ese objetivo nos generó una pasión contagiosa dentro de un proyecto amplio, abierto a la participación de empresas que compiten entre sí, jesuitas, pastores evangélicos, etc. Todos deponiendo egos.
  • El Norte que teníamos, el fin de que los niños y niñas no pasen hambre, acomodó todos los egos.
  • Cuando Gastón habló de las “Big Four”, yo pensé que era una marca de fideos.
  • Así como hace 4 años me mostraba muy crítico, debo reconocer que esta vez las empresas demostraron una solidaridad increíble.
  • La caja era un símbolo del aporte privado, pero también el respeto a la dignidad de las familias que las recibían. A muchos hogares nunca habían llegado.
  • Le pedí una donación a Arcor y nos mandó 500.000 cajas. ¡Había que llenarlas!
  • Los voluntarios pasaban entre medio de los “soldatitos” que vendían droga. El Padre Bachi se contagió y dio su vida para ayudar a los que necesitaban.
  • Ahora todos estamos convencidos de que no podemos dejarlos solos. Nos daba vergüenza que nos agradecieran,
  • Del Seamos Uno, pasamos al Todos Juntos. Cuando Manu Ginóbili nos preguntó si las cajas iban a llegar a destino, le explicamos que aunque no fuéramos Suecia, íbamos a tener la misma precisión que sus tiros al aro.
  • Esto nos ayudó a cruzar el puente y que cada uno conociera cómo vive el otro, con sus sufrimientos y alegrías.
  • Queremos ser un país donde el liderazgo empresarial no se vaya de la Argentina, sino que se ponga en el lugar del otro.

Moderadora: Inés Cura

  • En 157 días de la campaña, una donación cada 10 minutos.
  • En los centros de distribución, Cedol apoyó el involucramiento empresario en esta iniciativa, que superó los 1700 viajes.
  • La idea de entregar la caja fue el mejor aporte para contribuir a que la gente permaneciera en sus casas en la primera etapa.
  • Cada uno aportó lo mejor de lo que podría hacer.
  • Hubo tanta gente que colaboró desde los centros comunitarios
  • Cuando festejamos por zoom las 500.000 cajas, recibimos testimonios que nos emocionaron. Y esto nos impulsó a sumar más gente, a Manu Ginóbili, Gabriela Sabatini, Ricardo Darín, Peque Schwartzman, Diego Torres que ayudaron a difundir el proyecto y llegar al millón de cajas.

Autor entrada: Consumer

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